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El mundo está lleno de consejos de productividad que solo añaden estrés: haz más en menos tiempo, trabaja sin descanso, no pares, “no pain no gain”…

El mundo está lleno de consejos de productividad que solo añaden estrés: haz más en menos tiempo, trabaja sin descanso, no pares, “no pain no gain”…

Pero ¿de verdad queremos vivir así?

Si alguna vez has sentido que haces mucho pero avanzas poco, que el caos te persigue y el tiempo nunca alcanza, quiero que sepas algo: no estás sola.

Me llamo Shirly, emprendedora especializada en organización de tiempo, energía y productividad, y quiero contarte cómo he aprendido a vivir con CalmActividad: un enfoque que me permite avanzar sin volverme loca en el intento.

Si alguna vez has sentido que haces mucho pero avanzas poco, que el caos te persigue y el tiempo nunca alcanza, quiero que sepas algo: no estás sola.

Me llamo Shirly, emprendedora especializada en organización de tiempo, energía y productividad, y quiero contarte cómo he aprendido a vivir con CalmActividad: un enfoque que me permite avanzar sin volverme loca en el intento.

Durante años, fui víctima de la trampa de “hacer más para avanzar más”

Durante años, fui víctima de la trampa de “hacer más para avanzar más”

Un día me di cuenta de algo esencial:

No te voy a mentir:
  • Aún hay días en los que mi lista de tareas me supera
  • A veces me cuesta desconectar o decir «no» a algo que me ilusiona
  • Y sí, el caos puede volver de vez en cuando…

Pero la diferencia es que ahora tengo herramientas y sistemas que me ayudan
a gestionar esos momentos con calma:

  • Sé cuándo parar y recargar energía, porque no soy una máquina
  • Me enfoco en lo esencial, aunque me cueste dejar cosas fuera
  • Y, sobre todo, priorizo disfrutar del proceso en lugar de obsesionarme con
    hacerlo todo perfecto
No te voy a mentir:
  • Aún hay días en los que mi lista de tareas me supera
  • A veces me cuesta desconectar o decir «no» a algo que me ilusiona
  • Y sí, el caos puede volver de vez en cuando…

Pero la diferencia es que ahora tengo herramientas y sistemas que me ayudan
a gestionar esos momentos con calma:

  • Sé cuándo parar y recargar energía, porque no soy una máquina
  • Me enfoco en lo esencial, aunque me cueste dejar cosas fuera
  • Y, sobre todo, priorizo disfrutar del proceso en lugar de obsesionarme con
    hacerlo todo perfecto
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Hoy vivo con más calma y claridad, aunque no siempre con la perfección que me gustaría.

Los sistemas de productividad actuales no te ayudan a vivir mejor, sino a vivir más estresado.

Por eso yo elijo la CalmActividad:

Ante todo calma

No somos máquinas. A veces, lo más productivo que puedes hacer es parar y recargar energía. Porque cuando aprendes a escucharte y respetar tus ritmos, tu trabajo se vuelve más efectivo y sostenible.

«Avanzar con calma no es perder el tiempo, es ganar perspectiva»

La energía es tu recurso más valioso

La productividad no comienza con una agenda perfecta, sino con entender cómo funciona tu energía. Y respetar tu energía supone aprender a decidir qué hacer y qué rechazar para protegerla.

“La productividad real empieza cuando entiendes cómo funciona tu energía”

Disfrutar del proceso

El éxito no es solo un destino: está en cada pequeño paso que das y en aprender a celebrar tus logros. Productividad sin disfrute es simplemente otra forma de agotamiento.

«Llegar es importante, pero lo que te transforma es el viaje.”

Menos es más

No existen métodos mágicos ni soluciones universales. Necesitas un sistema flexible que se adapte a tu realidad, tu energía y tus prioridades. Porque la vida cambia y tu sistema debería hacerlo con ella.

“La clave no es encajar en un método, sino crear un método que encaje contigo”

Flexibilidad ante todo

La clave no está en llenar tu día de tareas, sino en eliminar lo que sobra para enfocarte en lo esencial. Aprender a decir no y soltar lo innecesario es lo que te permite avanzar con claridad y sin agobios.

“La productividad no es una lista infinita de tareas, sino un mapa sencillo y claro hacia lo que importa”

Los sistemas de productividad actuales no te ayudan a vivir mejor, sino a vivir más estresado.

Por eso yo elijo la CalmActividad:

Ante todo calma

No somos máquinas. A veces, lo más productivo que puedes hacer es parar y recargar energía. Porque cuando aprendes a escucharte y respetar tus ritmos, tu trabajo se vuelve más efectivo y sostenible.

«Avanzar con calma no es perder el tiempo, es ganar perspectiva»

La energía es tu recurso más valioso

La productividad no comienza con una agenda perfecta, sino con entender cómo funciona tu energía. Y respetar tu energía supone aprender a decidir qué hacer y qué rechazar para protegerla.

“La productividad real empieza cuando entiendes cómo funciona tu energía”

Disfrutar del proceso

El éxito no es solo un destino: está en cada pequeño paso que das y en aprender a celebrar tus logros. Productividad sin disfrute es simplemente otra forma de agotamiento.

«Llegar es importante, pero lo que te transforma es el viaje.”

Menos es más

No existen métodos mágicos ni soluciones universales. Necesitas un sistema flexible que se adapte a tu realidad, tu energía y tus prioridades. Porque la vida cambia y tu sistema debería hacerlo con ella.

“La clave no es encajar en un método, sino crear un método que encaje contigo”

Flexibilidad ante todo

La clave no está en llenar tu día de tareas, sino en eliminar lo que sobra para enfocarte en lo esencial. Aprender a decir no y soltar lo innecesario es lo que te permite avanzar con claridad y sin agobios.

“La productividad no es una lista infinita de tareas, sino un mapa sencillo y claro hacia lo que importa”

Algunas curiosidades sobre mí:

  • Desde bebé mi vida ha sido nómada. Nací en Alemania, me crie en Israel y he vivido en Portugal y España, por no hablar de que me he mudado más de 15 veces a lo largo de mis casi 40 «tacos».
  • Hablo 5 idiomas y me he pasado la vida coleccionando acentos, odiando el cine con doblaje y sin tener muy claro en qué idioma pienso.
  • En mi vida «pre-digital» ejercí como veterinaria durante más de 10 años en diversas clínicas y hospitales veterinarios. Mi debilidad siempre fueron los pacientes de geriatría, ¡amo profundamente a las mascotas yayas!
  • Soy activista en 3 ONGs ecologistas, vegetariana desde hace más de 12 años e intento mantener una casa libre de residuos (zero waste), a pesar del estrés que supone todo esto para quien viene de visita.

Si… Yo también pasé por ahí…

Apreciando el camino (de Santiago, en este caso)

  • Mi afición musical más «rara» es el folklore cántabro. Estoy aprendiendo a tocar la pandereta y a bailar jotas montañesas. No soy la mejor ni llenaré estadios, pero no sabes lo bien que me lo paso practicando.
  • Me identifico profundamente con las filosofías hygge y slow, porque ambas me inspiran a disfrutar de los pequeños momentos cotidianos con calma y presencia. Creo que vivir con intención, sin prisa y apreciando el camino es clave para estar en equilibrio.
  • Soy una incansable practicante de nuevas formas de conocerse con interés en la psicoterapia, yoga, medicina tradicional china, autoconocimiento y superación personal.
  • Como buena felina en espíritu —siempre digo que en otra vida fui un gato —, valoro mi independencia, cuido de mi bienestar y disfruto de los pequeños momentos, como un rayo de sol o una tarde tranquila. Además, al igual que los gatos, sé elegir bien mis compañías: pocas pero auténticas.

Siempre rodeada de los mejores maestros

Algunas curiosidades sobre mí:

  • Desde bebé mi vida ha sido nómada. Nací en Alemania, me crie en Israel y he vivido en Portugal y España, por no hablar de que me he mudado más de 15 veces a lo largo de mis casi 40 «tacos».
  • Hablo 5 idiomas y me he pasado la vida coleccionando acentos, odiando el cine con doblaje y sin tener muy claro en qué idioma pienso.
  • En mi vida «pre-digital» ejercí como veterinaria durante más de 10 años en diversas clínicas y hospitales veterinarios. Mi debilidad siempre fueron los pacientes de geriatría, ¡amo profundamente a las mascotas yayas!
  • Soy activista en 3 ONGs ecologistas, vegetariana desde hace más de 12 años e intento mantener una casa libre de residuos (zero waste), a pesar del estrés que supone todo esto para quien viene de visita.

Si… Yo también pasé por ahí…

  • Mi afición musical más «rara» es el folklore cántabro. Estoy aprendiendo a tocar la pandereta y a bailar jotas montañesas. No soy la mejor ni llenaré estadios, pero no sabes lo bien que me lo paso practicando.
  • Me identifico profundamente con las filosofías hygge y slow, porque ambas me inspiran a disfrutar de los pequeños momentos cotidianos con calma y presencia. Creo que vivir con intención, sin prisa y apreciando el camino es clave para estar en equilibrio.

Apreciando el camino (de Santiago, en este caso)

  • Soy una incansable practicante de nuevas formas de conocerse con interés en la psicoterapia, yoga, medicina tradicional china, autoconocimiento y superación personal.
  • Como buena felina en espíritu —siempre digo que en otra vida fui un gato —, valoro mi independencia, cuido de mi bienestar y disfruto de los pequeños momentos, como un rayo de sol o una tarde tranquila. Además, al igual que los gatos, sé elegir bien mis compañías: pocas pero auténticas.

Siempre rodeada de los mejores maestros

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